jueves, 8 de diciembre de 2011

Las manos y el ente manipulador


Spione (1928) de Fritz Lang. Intérpretes: Rudolf Klein-Rogge, Gerda Maurus, Willy Fritsch, Georg John.
Una primera secuencia con un plano que nos muestra una mano accionando el mecanismo de una caja fuerte. Éste es el inicio de un film de acción trepidante que nos mostrará el ritmo que seguirá la película en los próximos ciento cuarenta minutos de duración. El espectador será testigo de la abundancia y rapidez con la que se siguen planos dónde las manos cobran un especial protagonismo ya que articulan la trama según sus acciones, dando especial énfasis a los objetos que están asiendo. Por tanto, estamos hablando de manos que ejercen una acción de manipulación ¿Para qué sino sirve el espionaje? Una actividad que tiene como objetivo obtener información, datos contenidos en documentos que permitirán a su poseedor manipular a autoridades, gobernadores, países y, por tanto, todo el mundo.
Manos que de hecho, se convierten en la extensión de esa mente ansiosa de poder. Una persona que mediante la manipulación basada en la posesión de esas palabras escritas sobre un fragmento de papel que facilitaran la información deseada para poder ejercer determinado control del mundo. ¿Y quien se encuentra detrás de todas esas manos que actúan como extensiones del ente malvado? La cabeza pensante estática en su silla de ruedas detrás de un escritorio. Ese hombre que utiliza como un titiritero habilidoso a sus muñecos para llevar a cabo sus malignos planes. Un personaje muy cercano al mundo del circo y, por tanto, al del payaso que protagoniza un final más que escabroso por la frialdad con la que se nos presenta su propio suicido. La dicotomía presentada por Fritz Lang entre el hombre malvado y el payaso suicida nos mostrará el ansia de poder que caracteriza al ser humano. El primero encarnado por el malvado escondido en su guarida; en contraposición con la máscara apacible y agradable dibujada con pintura y adornada con la peluca característica de un payaso alegre. El personaje perverso destaca, también, por ser el emisor de ese humo fatal que se origina mediante el cigarro que reposa en sus labios llenos de malicia. Destacar que el susodicho humo será uno de los elementos relacionados con la muerte. Por ese motivo en la escena del suicido del agente japonés se incluye un plano en el que se encuadran unos bastoncillos de incienso humeando. Sin olvidar la catástrofe anunciada gracias al humo de la locomotora a toda marcha que se dirige de forma inevitable hacia el vagón 33133 donde se encuentra el agente número 326. En definitiva, el humo se presenta como el pasaporte a la desgracia, la crueldad (siempre grabada con una frialdad absoluta por la cámara) y la muerte.
Por último, destacar que las manos también aparecerán como elemento positivo durante el desarrollo del film, ya que ¿Qué sino salvará la vida de la femme fatale en el último momento? La mano de aquel que está en el abismo de la muerte, sin rostro y sepultado entre escombros. De nuevo, otra vez, cinco dedos cobran un papel protagonista, pero esta vez para ser los héroes que salvaran a la que se ha convertido, por unos segundos, en una damisela en apuros.

domingo, 27 de junio de 2010

"Das weisse Band"

"Ignoro si la historia que os quiero contar es enteramente verídica, la conozco parcialmente de oídas. Incluso después de tantos años aún permanecen numerosos misterios y quedan muchas preguntas sin respuesta. Pero creo que debo contar los hechos extraños que se produjeron en nuestro pueblo, porque quizás podrían iluminar ciertos procesos acontecidos en este país..."
Film formulado a modo de flashback, deja ya desde su inicio muy claro que lo que vamos a ver a continuación son simples retazos y recuerdos fruto de la realidad o de la imaginación de un narrador que en aquella historia actuaba de forma diegética.
Después de meses sin realizar una entrada nueva, me atrevo a publicar algo de nuevo. Se debe a un buen motivo: ayer fui a los Cinemes Méliès (Barcelona) a ver la única sesión que aún hoy, después de seis meses, continua proyectando de Das weisse Band (La cinta blanca) de Michael Haneke. Más de dos horas de violencia y venganza reflejadas en sutiles y efectivos fueras de campo; planos fijos en su mayoría que, con destreza, se mantienen quietos esperando que la acción apareza ante ellos. Un blanco y negro desolador en un pequeño pueblo alemán durante los meses previos al inicio de la Primera Guerra Mundial.
A continuación, hago constar tres de tantos fotogramas que podrían incluirse en esta breve y modesta entrada del blog.






martes, 9 de febrero de 2010

Las vacaciones de Hegel (1958) de René Magritte

"Creo que a Hegel le hubiera gustado este objeto que cumple dos funciones opuestas: repeler y recibir agua. Ciertamente le hubiese divertido, tal como uno se divierte durante las vacaciones" René Magritte.


lunes, 8 de febrero de 2010

Cae agua de las nubes en la metrópolis

Día de lluvia en la metrópolis. Otra jornada más con paraguas vistos por las gotas des del cielo. Éstas acabaran salpicando contra las aceras, las botas de goma rojas de los niños o seran apartadas con el parabrisas de algún coche (cualquiera).
Me gustaría hoy ser paraguas. Nada más hoy; no más por peligro de creerme algo que no soy. Un paraguas importante; aunque su función no sea la de proteger a un individuo del agua, sino la de complementar su atuendo en un dia como hoy.
Les parapluies de Cherbourg (1964) de Jacques Demy, muestra en sus títulos de crédito la visión que deberían tener las gotitas del desfile de paraguas. Creo que me gustaría ser alguno de los que la actriz Catherine Deneuve vende en su tienda.
No olvidaremos ese paraguas que Gene Kelly utiliza en el número musical que da título al film Singin' in the Rain (1952). Jamás podría haber cantado bajo la lluvia si no hubiera tenido la posibilidad de elegir no resguardarse bajo las varillas del objeto. Me gustaría ser este paraguas, por ejemplo.

Y, por último, otra opción: el parlanchín de Mary Poppins (1964). La cuestión no es su facultad parlante, sino que vuela. Volar con las gotas de lluvia de las cuales nos apartamos cuando éstas se precipitan al suelo de la urbe. Ir con ellas.


Me gusta pensar que las tres películas són de género musical y que todas ellas utilizan éste objeto como un protagonista más.

miércoles, 3 de febrero de 2010

¿Qué es el cine?


"El cine es como una guerra. Si... amor, guerra, acción, violencia, muerte.
Es una palabra: emociones"


Definición proporcionada por Samuel Fuller a Ferdinand-Pierrot cuando éste le plantea la cuestión.
Pierrot le fou (1965), filmada por Jean-Luc Godard, vuelve a realizar una reflexión del cine en el cine. Constante del director en muchas de sus películas, nos sorprendre de nuevo con unas palabras que parecen satisfacer las incógnitas de su protagonista en una fiesta burguesa sumida en el tedio. Es una de las pocas conversaciones en las que Ferdinand participa; y lo hará con la ayuda de una intérprete (ya que éste desconoce la lengua inglesa). Ésto nos muestra la dificultad del protagonista por ser entendido en su entorno, hecho que veremos evidenciado a lo largo de toda la fiesta.

Ferdinand deambula entre mujeres con el torso al descubierto (igual que en À Propos de Nice de Jean Vigo) y planos fijos cubiertos con filtros verdes, azules y rojos. Destacar que la pareja última de colores será una constante en todo el film, mostrándonos espectaculares composiciones a nivel cromático i/o visual.


El ritmo lento se consigue gracias a planos fijos donde vemos recitar anuncios publicitarios de productos de lujo por los personajes. Éstos nos harán entender la idea de aburrimiento y pérdida de la razón que llevarán a Ferdinand a convertirse en Pierrot.